Barreras a eliminar

noviembre 5, 2009

Columna publicada en Deia el 5 de noviembre de 2009.

BARRERAS A ELIMINAR

Hace dos semanas escribí en estas páginas una columna dedicada al libro electrónico. Con su permiso voy a insistir en el tema, tanto para matizar y completar lo dicho como por el gusto de especular sobre el futuro de una innovación tecnológica.

Concluí aquella columna diciendo que no debemos temer al libro electrónico, porque si éste se universaliza será sólo porque ha demostrado una utilidad mayor que la de otros formatos de lectura.

Sin embargo, creo que en el concepto mismo del libro electrónico hay algo intrínsecamente poco práctico. Me explico. A diferencia de lo que sucede con la música, para la que siempre es necesario un sistema de reproducción (tocadiscos, reproductor MP3…), los libros no requieren intermediarios. Esto, que quizá por darlo por hecho no apreciamos en su justa medida, supone una enorme comodidad. El libro electrónico implica acabar con esa relación directa entre texto y lector interponiendo entre ambos una serie de barreras. La lectura pasa a depender de un aparato que puede fallar o quedar obsoleto, y de una fuente de energía y una conexión a Internet que pueden no estar disponibles. Paradójicamente, el libro electrónico se convierte así en un obstáculo para la lectura.

Para que el ebook se imponga deberá compensar este inconveniente con unas ventajas que aún están por demostrar. Es ególatra y presuntuoso pensar que porque nosotros, minoría privilegiada, dispongamos de acceso a Internet y dinero para comprar ebooks ha llegado el momento de hacer hogueras con el papel. En algunos contextos el libro electrónico será muy práctico; en otros, incluso en el seno de nuestra supertecnificada vida moderna, será inútil. Esto garantizará una convivencia, espero que fructífera, entre ambos formatos. Una convivencia que durará hasta que nos sea posible preguntar: «¿Qué libro electrónico te llevarías a una isla desierta?».

5 respuestas to “Barreras a eliminar”

  1. Ismael MB said

    Nunca he entendido eso que se vende como la gran ventaja de los ebooks: ¡podrás llevar hasta 500 libros en el bolsillo! ¿Para qué quiero llevar 500 libros en el bolsillo, si los leo de uno en uno? Quieren vendernos los ebooks con los eslóganes del iPod, cuando son dos cosas que no tienen nada que ver.

    Eso sí, reconozco que el aparato tiene su atractivo como gadget. Pero no hay más que ver cómo están cayendo los precios de los readers, mientras la demanda apenas despierta, al contrario de lo que sucede con el iPhone, por ejemplo. La gente no parece demasiado fascinada por el invento.

    ¿Será porque el libro de papel es una herramienta perfecta para lo que sirve: leer?

  2. jonbilbao said

    Y tanto que tiene atractivo como gadget. Será por eso por lo que se esperan unas ventas espectaculares estas navidades (las esperan, y las anuncian, los fabricantes). Es curioso, teniendo en cuenta que la oferta de textos digitalizados es todavía muy pequeña.

  3. […] Barreras a eliminar [OPINIÓN] […]

  4. Fernando said

    Yo no tengo todavía uno, y me atrae bastante la idea, pero esperaré a ver cómo se desarrolla el mercado y si salen nuevos modelos, más baratos, otras funciones…
    Puntualizando un par de cosas que comentas; conexión a internet, no sé si es necesaria, podrían en una tienda descargarte el libro a una tarjeta, por ejemplo. Y sobre si tenemos dinero para comprarlos, pues, la verdad son caros los cacharros pero, si se leen más de diez o doce libros al año ya salen los números.
    Dicho esto, también añado, que soy un enamorado del papel, tocar, oler, pasar la página…y aunque tenga un bicho de estos, seguro que seguiré comprando libros en papel, sobre todo de los autores fetiche que cada uno tenemos…

  5. La oferta de textos puede no ser tan grande como debiera (aunque están todos los de dominio público), pero también hay que contar con otras posibilidades, como cómics, periódicos, manuales técnicos, etc.

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